Realidades en Contexto

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Realidades en Contexto... El Amor es don de Dios, el mismo nos enseña cómo amarnos y respetarnos a sí mismos para poder amar genuinamente a otra persona. Si nos valoramos como seres inteligentes creados a imagen de Dios, estamos en la senda correcta, lejos de toda persona que trate de pisotear nuestra dignidad.

Vivir en pos de buscar aceptación... Es desgastante buscar el amor de los amigos, de los parientes o de una persona en especial es vanidad de vanidades. El corazón del ser humano es malo, perverso, engañoso y nos engaña a nosotros mismos. Jeremías 17:9

"Ama a Dios sobre todas las cosas"... El poder del Espíritu Santo te ayuda a rechazar el pecado y a crecer a imagen y semejanza de Cristo.
Sabiduría... Es lo que más necesitamos para engendrar cosas buenas en la vida de quienes nos rodean.

El amor de las películas es falso... Solo el amor de Dios es real. Él sana las heridas del alma y nos libra del pozo de la aflicción. Vivir honrando a Dios nos añade un Temor santo y Reverente que nos libra de la manipulación de las emociones y las hormonas.

Jesucristo, pago con su sangre redentora el precio de nuestra libertad... Unidos a Él, somos libres de cualquier esclavitud, Él es la Verdadera Vida.

La vida es corta... No te obsesiones con la búsqueda del mal llamado amor, o  con el sexo, pues es una adicción contraria al Espíritu Santo.

El amor tiene diferentes etapas... Primero la amistad, luego admiración, cariño, apoyo mutuo, etc. todo tiene su tiempo,  demandas y reacciones diferentes. 

Cuando la relación afectiva termina... Solo el amor de Dios puede restaurar y colocar de nuevo la confianza, el gozo, la paz y la felicidad. Todo este proceso empieza con la palabra “Fe”

La vida es hermosa, no la pierdas con quien "no" te respeta... Corre a tu cuarto, cierra la puerta y pida ayuda a Dios y así no tendrás que correr tras falsas ilusiones, como queriendo alcanzar al viento.

Tienes dones y talentos... Eres responsable de sí mismo. Escribe de nuevo tu historia y has lo que agrada a Dios. Permite que sus bendiciones te alcancen, sin olvidar que enriquecen y "no" añaden tristezas.

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